La experiencia que se expone en la presente obra se constituye en un estudio de caso único que tan necesarios son en el campo educativo. Una profesional que se enfrenta al descubrimiento de un niño con parálisis cerebral a través de un conocimiento teórico básico y una experiencia práctica limitada. El contacto con el campo pedagógico, más concretamente en la acción terapéutica en el ejercicio de su desarrollo profesional, le permitió interactuar con un niño de seis años de edad diagnosticado de parálisis cerebral. Quizás la palabra interactuar se quede corta por cuanto, tal y como se verá en la segunda parte de esta obra, el clima generado en la relación profesional alumno superó los estándares tradicionales exigidos por un modelo educativo que no ha sido capaz, aun hoy en día, de incorporar a su realidad cotidiana de manera ecológica la diversidad. Quienes hemos vivido la experiencia de ver alteradas nuestras capacidades, debido a la aparición de una discapacidad en edad adulta, hemos podido optar por vivenciar, a través de la reflexión, una nueva manera de percibir y sentir la realidad que nos rodea. Ese tránsito puede destruir o hacer que renazcamos. Ese y no otro es el dilema.
