Thoreau tensiona la vida social con la dimensión salvaje del tiempo, apuntando al modo en que la
generalidad pasa sus días y, específicamente, a las ocupaciones que se otorgan para que los individuos
puedan ganar su sustento. En otras palabras, la dicotomía entre permanecer en las formas congeladas que la
sociedad civil sostiene o indagar la creación constante de nuevas perspectivas. Frente a esta contraposición,
propone que "si nos ganáramos el sustento y reguláramos nuestras vidas por el último y mejor método que
hemos aprendido, no nos aburriríamos nunca", es decir, que el ganarse la vida esté en concordancia con la
verdadera vida. Su conferencia "What Shall It Profit?", dictada el mismo año en que publicó Walden y
editada posteriormente bajo el título Life Without Principie (La vida sin principios), comienza
problematizando sobre este mismo tópico: "Cómo hacer del ganarse la vida no simplemente algo honorable y
honesto, sino deseable y dichoso; porque si ganarse la vida no es así, entonces la vida misma tampoco".
Este libro es un canto a la utopía, al sol que brilla por las mañanas. Es lo que nace y camina floreciendo, la
vida verdadera que fluye entre las luces y el tiempo para hundir y destruir las superficies que la sociedad ha
erigido en el vacío. Son las fronteras de la vida interior y exterior, que existen y nos interpelan a explorar el
afuera de nuestras vidas desde el mundo que existe en nuestros cuerpos.