Que el corazón no se pase de moda es algo así como un encargo, mucho más que un buen deseo, un imperativo a la voluntad para que coja el paso debido. Expresa en voz alta una esperanza. Pide que la felicidad se imponga y permanezca, reclama que defendamos siempre la equidad, la justicia y la dignidad humana.Hay oportunidades en cada esquina para hacerlo; para humanizar nuestro entorno e impedir que el corazón no se pase de moda. Esta es la gran revolución pendiente: humanizar la vida que nos tocó, y en lo posible, hacer del amor nuestra bandera.Porque el amor es también un concepto ciudadano, civil, político, y se manifiesta en acciones orientadas a construir una sociedad mejor para cada persona.