Recuerdo ese día como si fuera hoy. Estaba hablando con el padreVictori y le comenté un sentimiento que tenía y que mucha gente tiene: "¡Que bien que confiesa!", le dije. Y así comenzó todo. ¿Por qué nohacemos un libro con una recopilación vivencial de lo que es laconfesión? Para así poder transmitir lo que nos transmite el Señor,aquel Jesús que en vez de grandes cargas, aliviaba a todos los que seacercaban con fe a él. En ese momento aún era seminarista y, viendocómo me ayudaban sus confesiones y como todo el mundo lo reconocía,pensé en decirle que lo teníamos que escribir para dejar constancia de tantos años al servicio del Señor, especialmente en esta última época de su vida, en la que el Santo Padre Francisco le nombró Misionero de la Misericordia. Espero que este escrito tan vivencial ayude a losnuevos sacerdotes a saber transmitir cómo nos ama el Señor y cómo nosva educando en este amor sublime, el misericordioso, es decir, el amor que ama la miseria del corazón. Y espero también que ayude acualquier lector que quiera acercarse a amar de esta maneraincondicional. Lluís Victori i Companys (Barcelona 193
