Cuando nos encontramos ante un cofre cerrado, el primer sentimiento que nos domina es la curiosidad? qu‚ secretos esconder ese peque¤o o gran cofre, bajo su tapa? Luego, puede asomar el temor del desencanto? acaso tendr algo, o solo la ilusi¢n que se tornar en nada, apenas vea dentro?? Finalmente, llegar el entusiasmo, el ansia de abrir, superando todo temor o duda, y ver? ver de una vez lo que guarda el cofre, sea tesoro, sea suspiro, sea la m s pura de las perlas o s¢lo una liviana quimera? Un libro es tambi‚n como un cofre? mientras permanezca cerrado, s¢lo podemos conjeturar los mundos que se abrir n a nosotros, las personas que conoceremos, las alegr¡as o tristezas que nos invadir n a medida que pasen las palabras ante nuestros ojos? podemos temer que no sea lo que esperamos de ‚l, al mirar su cubierta o juzgando su contenido s¢lo por su tama¤o. Podemos al fin dejarnos llevar por nuestra curiosidad y atrevernos a levantar su tapa, la tapa de esa prodigiosa Caja de Pandora que es un libro, y deleitarnos, sorprendernos, abandonarnos a la historia, a la palabra, al grito, al canto, a la poes¡a? Este li