Hay quien considera la eutanasia y el suicidio asistido como la únicaalternativa ante el dolor. Sin embargo, aunque parezca un actohumanitario, puede ser una conjura contra la vida. Lo que ayuda alhombre no es acabar con su sufrimiento, sino encontrar en él unsentido mediante la unión con Cristo y los cuidados paliativos, queminimizan sus dolencias y le acompañan. En esta carta se nos recuerdaque el buen samaritano deja su camino para socorrer al hombre enfermo, cuidando de él en su totalidad tanto corporal como espiritualmente.