?Si aún sigues aquí, es que estás viva?, es un grito primal de supervivencia. Una mujer maltratada por su marido durante años, siente un síndrome de Estocolmo hacia él y su relación, desarrollando un vínculo afectivo muy fuerte hacia su secuestrador, que es en este caso su cónyuge, que le impide enfrentarse a él o escapar y le provoca una serie de sentimientos contrapuestos de acercamiento, miedo, deseos de morir e imposibilidad de imaginarse libre, que la bloquean para cualquier decisión.
La presión psicológica constante a la que le somete su carcelero, le provoca una total inseguridad de sí misma, una anulación como persona y una aceptación intrínseca de los motivos por los que sigue ahí, como rehén, por culpa del hombre que más tendría que quererla.
Es un largo proceso de superación, de crecimiento, de duelo, el que vive esta mujer, relatado en el poemario, para salirse de la trampa que le han puesto, reconocerse a sí misma, darse cuenta del chantaje y liberarse.
El grito de ¡sigo viva!, la empuja a vivir.