No conocemos a Teresa. Su mamá la busca y queremos ayudarla. No pararemos de investigar entre versos y dibujos hasta que encontremos a la traviesa Teresa. Se ha perdido, sin duda, ni el mago ejemplar, ni el consejero lisonjero, ni el adivino del destino, ¡fijaos bien!, ¡ni el trovador del amor!, ni siquiera la sirena de la arena ni el elefante gigante ni la hechicera mañanera saben dónde encontrarla. ¿Y tú, sabes dónde está Teresa la traviesa?