Este poemario explota la liberación que surge de observarse ya en el fondo de la grieta. Atrapada en esa finitud Alejandra Naranjo encuentra la salida a través de alas de la palabra; otorgándole liviandad a la fuga del ser a pesar del dolor, de la ausencia, del humo y la oscuridad. Se escurre de la materia entendiendo el silencio, transformando el poema en volátil.