Por suerte, los £nicos progresistas que conocen la existencia de la isla donde se esconden los naturalistas, Sagalia, son sus prisioneros. ¨Pero con cu nto tiempo cuentan antes de que los progresistas rastreen a los suyos y encuentren Sagalia?Ash, acostumbrada a que la confundan con una esp¡a, decide convertirse en una y adentrarse en la sede progresista para insertar su £ltimo troyano en el sistema de seguridad que controla al enemigo. Sin embargo, no podr hacerlo sola, ya que no sabe nada de las costumbres enemigas. Driamma la acompa¤ar en esta arriesgada misi¢n para ganar la guerra.