Juliana, que atrae los problemas sin buscarlos, cruza el Atlántico huyendo de una pobreza recalcitrante y buscando cómo alimentar siete bocas en Bogotá que dependen de ella. Carmen, que no tiene problemas pero los busca, se escapa de Burgos y de una familia que la agobia sin saber lo que quiere en la vida y jugando peligrosamente con su alimentación.
Si la teoría de los vasos comunicantes se pudiera aplicar a las personas, el encuentro casual de estas dos mujeres, con tantas cosas que las separan y un bebé que las une, sería el ejemplo perfecto. Esta es algo más que una simple historia de emigración y penurias femeninas donde se dan cita el amor, la familia, la amistad, la maternidad, la crianza y la búsqueda de un alma, si no gemela, sí al menos una que nos entienda.