En el invierno de 2017, Gabi Martínez decide instalarse como aprendiz de pastor cerca del pueblo de su madre, Eloísa, en La Siberia extremeña, para experimentar el estilo de vida rural en el que creció ella de niña. Su misión consiste en supervisar un rebaño de más de cuatrocientas ovejas y pasar los meses en un refugio sin baño ni agua corriente.
Su crónica nos habla de agricultores, pastores, ecologistas y otros habitantes de la zona, y de lo que le enseña cada uno, sus diferentes formas de encarar una vida, la relacionada con la agricultura y la ganadería, en rápido proceso de transformación, entre el cambio climático, los nuevos comportamientos de los animales y una realidad que amenaza con dejarlos atrás pese a su resistencia.