A veces, los veranos marcan el punto de no retorno. El de 1993 fue así.
Han pasado décadas, pero el protagonista de esta historia -ya en la madurez- regresa con la memoria a aquellos días cargados de luz, incertidumbre y descubrimientos. Desde las calles calurosas de una ciudad que empieza a vibrar con la llegada del verano, hasta las aulas de un instituto donde se forjan amistades, se sueñan futuros imposibles y se cometen errores imborrables, este viaje al pasado recorre con delicadeza y verdad los sentimientos intensos de una juventud ya lejana.
Un verano como aquel es una novela íntima, nostálgica y luminosa que habla del paso del tiempo, la amistad, los sueños perdidos y los días que, sin saberlo, se convierten en los más importantes de nuestra existencia.
¿Y quién no estuvo desorientado y perdido en su juventud? La novela es también absurda por momentos, igual que la vida. Y si tiene algún tipo de sentido, uno lo encuentra siempre a posteriori.
-Abel Valenzuela, biólogo y escritor