Apoyándose en los datos de recientes investigaciones biológicas,psicológicas y sociológicas, el autor demuestra que ni lasconcepciones naturalistas de la sexualidad, que se oponen a cualquiertipo de cambio, ni las posmodernas, que pretenden deconstruir el sexo, los géneros, el matrimonio e incluso la familia, son capaces de daruna respuesta satisfactoria a la cuestión de la diferencia sexual. Deahí que proponga repensar la sexualidad humana desde un punto de vista analógico respecto de los mamíferos más evolucionados, sin, por ello, caer en una especie de biologismo.
A partir de esta visiónecológica de la sexualidad humana, el autor demuestra que cualquiertipo de separación entre sexo y género, como si fueran dos elementosligados arbitrariamente, equivale a una pura abstracción, que presenta como real algo que existe solo en la mente, con su consiguientecortejo de estereotipos e ideología. La sexualidad humana, que elautor denomina condición sexuada, aparece, en cambio, como unaestructura compleja y articulada, que se desarrolla y madura mediantebuenas relaciones personales.