En la reflexión que se produce, condicionada por la perspectiva del tiempo, el individuo observa a su alrededor el contexto vital y sus protagonistas, donde destaca María, un personaje que provoca la ida y venida de la conciencia del sujeto. El canto al padre oscila entre la musicalidad clásica y la personalidad contemporánea, mientras que la voz rebusca en su simbología interna la respuesta a los hechos que se suceden, al devenir del tiempo futuro, que ya es presente. Un presente que sobrevive a la ausencia.