Los hombres y mujeres de la España moderna consideraban el mundo visionario como una parte real de sus vidas. Buscaban en lo maravilloso explicaciones para todo tipo de situaciones personales y colectivas. Al mismo tiempo, lo sobrenatural les acercaba a la divinidad, hacia donde dirigían su existencia. En la categoría visionaria encontramos profecías, revelaciones, apariciones, éxtasis, arrobos, visiones, etc., unas experiencias que abrían la puerta a una religiosidad íntima que amenazaba el papel dirigente de la Iglesia, así como permitía experimentar con conductas consideradas heterodoxas. Y siempre en el marco del mesianismo que legitimaba la monarquía católica. Por todo ello, no es de extrañar que durante los tres siglos modernos estos personajes acabaran ante los tribunales del Santo Oficio de la Inquisición, donde se dirimió el alcance de sus figuras y mensajes de acuerdo con sus circunstancias y las del contexto histórico. Para adentrarnos en este mundo de fronteras difusas es necesario conocer sus temáticas, perfiles (con una especial presencia femenina) y problemas a través del diálogo y el conflict