Margaret Fuller analiza, entre otras cosas, en este ensayo a los hombres y las mujeres de los Estados Unidos de América. Observa que muchas personas creen que, en el matrimonio, el hombre es la cabeza del hogar y la mujer el corazón. Pero el problema radica en que las mujeres son vistas como seres inferiores, iguales a los niños, pero no a los hombres. Las mujeres necesitan expandirse y ser consideradas iguales a los hombres; no necesitan la poesía o el poder para ser felices, sino una libertad intelectual y religiosa igual a la de los hombres.