No descubro nada nuevo si afirmo que Orwell fue uno de esos hombresque supieron detectar una inflexión profunda en la concepcióndemocrática de su época. ¿Qué sucedió en ese período de la Historia?Sin duda, un sombrío naufragio: el de la razón y el de la libertad. Yfue su desafecto, su rechazo a los sucesos que contemplaba lo que lehizo, en el sentido nietzscheano del término, reafirmar sucontemporaneidad, adhiriéndose a su tiempo como un galápago a suconcha, pero no para silenciarlo, y menos aún para reverenciarlo, sino para poner al descubierto todos y cada uno de los entresijos mássombríos y perversos de su época. Sobre las cenizas de este sombríohorizonte se instala la escenografía de sus dos obras de mayor peso yestatura literaria: Rebelión en la Granja y 1984, relatos que sonimágenes vivas de un tiempo herido que ya forma parte de la Historia:la pasada, la presente y la futura; un paisaje desolado que no cabeolvidarlo, y menos aún desconsiderarlo, si lo hiciéramos estaríamosrealizando una lectura indecorosa de la Historia. Esperemos no caer en tamaña ignominia, porque sabemos bien que Íta