Una feminista recalcitrante y un machista tozudo, defendiendo susposiciones desde sus pacíficas trincheras. Dos jóvenes políticos,brotados desde los inmaculados gremios, electos como futuros Caudillos de la Rectitud. Las tratativas de los gobiernos de turno, entre laseficientes sesiones en el Congreso, las translúcidas intrigas de lospartidos políticos y las nítidas maquinaciones en los pasillos delPalacio El Billete. Todo bajo la atenta mirada de nuestros ciudadanosde a pie, virtuosos en su andar, cordiales con el vecino yrobustecidos de honestidad. En un País donde lo que huele a perfume,también Huele a Podrido.