Bordado en la piel va el destino. Tejido en las venas de algunos, los culpables del destino. Estampados en un manto los acontecimientos que lo marcan.
Pasado un tiempo, sonrisa adormecida como expresión de recuerdos pasados. Esperanza, que las leñas aún encendidas se vayan apagando, dejando
solo las cenizas que el viento se lleve.
Además de versos, es humanidad lo que trasciende de este poemario con esperanzas de todo, con esperanzas de nada.
