Me miré en un espejo. Era un asno con todas sus características. No me diferenciaba de los burros nada más que en una cosa, que sería lacausa de mi sufrimiento, y no era otra que mi capacidad de pensar. Lavida hubiese sido más fácil si me hubieran privado también de la razón y hubiera podido vivir como los asnos. Ahora mi vida no sediferenciaría en nada de la de ellos, pues cargaría peso como tales.Tan solo sería diferente en una cosa: en mi capacidad de pensar y enel dolor que me producía no poder expresar lo que sentía mi corazónvapuleado por sentimientos contradictorios.
Y aquí comienzanmis desventuras estimado lector, te las quiero ofrecer, no dejes deleerme..