Se dice que las realidades no son £nicas, y que incluso pueden verse diferentes desde el punto de vista del que se las observe. En la realidad de esta novela el mundo -‚ste mundo-, no es una excepci¢n al aforismo. Luego de m s de una crisis, varias guerras entre seres sobrehumanos y reinicios de la existencia, la sociedad y su progreso se han estancado. Se dice que los dioses han dado la espalda al mundo, y los humanos han devuelto el favor, hasta el punto de ignorarlos casi por completo. La escasa tecnolog¡a, est en manos de fuerzas militares privadas, igual que las armas de fuego. De esta manera el planeta -en el que se han derrumbado las fronteras-. funciona como un £nico pa¡s, sin necesidad de nuevas guerras -de hecho es, en l¡neas generales, un lugar pac¡fico-, excepto aquellas disputas de poder entre las grandes corporaciones. Sin embargo en las fuerzas espirituales y en la eterna lucha por las almas de los vivos, es donde reside el verdadero conflicto, la interminable disputa por el dominio de la existencia. Las fuerzas de los cielos, reacias a ensuciarse las manos, han delegado una y otra vez la tar
