Anda Maricha García, compañera de fatigas poéticas, con angustias de parto: nace su primer libro en solitario. Yo la animo: cálmense las masas. A ella le da cierto pudor el atreverse. No desea se interprete como un acto de vanidad o de soberbia. Le respondo que cualquier poemario- ya sea sin consagrar o la hostia en verso- es siempre un acto de Poesía: en un mundo tan cerrado, tan torvo, tan lleno de crueldades, que alguien vuelque en renglones intensamente breves, como gotas de alma, su “confieso que he pensado y he sentido” sólo puede calificarse de prodigio.
Miedo escénico, el justo. Quede lo de “este público, a quien tanto debo” para dicharacho lenguatero de folklórica. Es el público quien debe agradeceros el esfuerzo de esa sinceridad que se sale de madre para airear sus rincones, sus panes y sus peces. Luego está lo del Arte. No es valor añadido, sino un punto de llegada y de partida. Maricha, atiende: los poetas siempre estáis en el camino, cuesta arriba, aprendiendo.
Doy fe de tu oficio de poeta: tú estudias y trabajas. Es tu mester de mujer para el mundo, en busca de preguntas y respuestas. Admirables tu fuerza, tu entusiasmo, tu disponibilidad para el engrandecimiento de tu gracia y tu obra…
“Camino de Luces y de Sombras” es uno de esos textos que uno lee convencido de que arde leña en su fuego. Allí hay cruz de viacrucis y madera noble de esperanza.
Maricha García, con un par de razones, viajera hacia territorios donde nadie antes había hollado sino ella…Y ahora va y lo comparte con nosotros. Un “quién es qué” de desnudarse a golpe de pura pureza. Qué quieren que les diga: a mí, esta mujer siempre acaba por transmitirme su alegría de combate.
Bendita, bien leída seas, hermana.
(Publicado en DIARIO DE FERROL)
José Torregrosa
