Ser padre no es solamente dar lugar a la gestación y nacimiento de un hijo. Es acompañar el transcurrir de su historia, escribir conjuntamente las experiencias en el mundo. En el intento de llamar la atención hacia esta construcción conjunta, hacia esta presencia amable y amorosa, acudo a veladas formas de violencia y su puesta en escena. Quiero mostrar la violencia en el ambiente del recién nacido, desde una comprensión psicoanalítica de los estados mentales en la experiencia de la paternidad, y su incidencia en los cimientos de la conformación de la personalidad de los hijos. Muestro tres fragmentos de vida en los cuales se evidencia la ausencia del padre como una forma de violencia: violencia hacia la madre y violencia hacia el bebé. El estado emocional de la madre viviendo esta experiencia, incide de manera contundente en la relación madre-bebé, padre-bebé, mundo-bebé. Para ello, acudo al material que he recogido como resultado de mis Observaciones en la Atención Comunitaria del Programa Canguro Ambulatorio en un hospital de la ciudad de Bogotá y la subsiguiente atención emocional que realizo en dicho trabajo.
