El dise¤o gr fico ha sido concebido desde sus or¡genes como una herramienta de comunicaci¢n visual utilitaria. Las im genes no se emplean como fuente de belleza o de comunicaci¢n ¡ntima del artista, sino como signos que trasladan al espectador un concepto, que es previo al dise¤o, y que persigue modificar su voluntad para que este compre un producto, se convenza de una idea, o ampl¡e su conocimiento de forma dirigida. Este libro analiza c¢mo la contaminaci¢n de la percepci¢n que impone el dise¤o gr fico no es inocente, sino una herramienta que a lo largo de la historia ha estado al servicio de distintos poderes pol¡ticos y econ¢micos. ÿ
