El gran desarrollo de Santander se produjo durante el reinado de Alfonso XIII y en especial durante sus 17 años de veraneo en el Palacio de la Magdalena. Los reyes se convirtieron en unos vecinos más de esta pequeña ciudad del Cantábrico que destacaba por sus encantos naturales y su clima benigno. Durante el veraneo, los Reyes acudían a los espectáculos, conocieron la región, se identificaban con el pueblo, con aquella llaneza tan característica de ellos, que había hecho exclamar a don Alfonso XIII” seré un veraneante más, un vecino más de Santander”