La teología es un lenguaje sobre Dios. Pero al ser Dios ante todo«misterio», solo es posible hablar bien de Él desde el asombro y elrespeto. Ambas actitudes protegen de la arrogancia y encuentran en lacruz el acceso más seguro a este secreto escondido desde la creacióndel mundo.
No en vano, es en el Jesús indefenso ysufriente donde Dios se dice por completo a sí mismo. Es a través delCrucificado donde se alcanza a comprender la paradoja de la victoriasobre el pecado y la muerte. Y es precisamente en ese hombreinsignificante fijado a una cruz donde puede anunciarse al triunfanteResucitado como refugio seguro, hogar acogedor y espacio de alegríadesbordante para todos los que en esta tierra sufren injustamente yson despreciados a causa de la pobreza.
Al adentrarseen el libro de Job, el lector es invitado a descubrir en este hombrepiadoso y sufriente del Antiguo Testamento una figura ejemplar deCristo. Pero también es llamado a leer su historia personal ycomunitaria de preocupaciones, tristezas y desesperanzas a la luz deuna fe insobornable y una plegaria confiada.