Las excepcionales precursoras que aqu¡ se han distinguido, sobre la base de una elecci¢n personal relacionada con ciertas afinidades y sinton¡as, han demostrado con sus vidas y, sobre todo con sus obras, una alta dosis de coraje, creatividad, excelencia y coherencia. La asunci¢n al mismo tiempo de compromisos y riesgos les ha conferido un estatus de hero¡nas hom‚ricas, valientes y extraordinarias, que quiz nunca persiguieron. Sus elecciones fueron tomadas de acuerdo a unos intensos principios ‚ticos que debieran servirnos de est¡mulo a los futuros herederos. Su sabidur¡a demostrada a la hora de iniciar nuevas visiones del espacio nos ayudar a mirar y observar el mundo con una perspectiva m s generosa, donde lo femenino o lo masculino no sea excluyente. Las obras de estas arquitectas, suficientemente valiosas, abarcables, program ticas, complejas, poco conocidas y por fortuna nada mitificadas, con sus m£ltiples significados cristalizados en un sentido, y sus m£ltiples sentidos cristalizados en alguna verdad, son, a su vez, la raz¢n interna y esencial del proyecto de calidad. Este es su drama, su po‚tica y s