En la posguerra de un pa¡s empobrecido y silenciado entre la incultura y el temor, y en una ciudad de mediana densidad donde el paisaje y los cuatro lugares comunes son otros tantos protagonistas de la historia, se mueve Rodrigo entre escarceos y convulsiones irreverentes en el medio por sobrevivir de una actividad aut¢noma y alejada del Poder intransigente y zafio. Y en paralelo por efecto de la edad juvenil y de su condici¢n enamoradiza, tres mujeres con arropamientos no menos azarosos le acompa¤ar n en el itinerario y recuerdo de esta traves¡a. La noche intemporal no fue una simple cadena de vicisitudes cual manchas epid‚rmicas que el ba¤o limpia sino que aplic¢ esa hipnosis m s trascendental que inocula estigmas como c nceres de dif¡cil rehabilitaci¢n, porque no s¢lo son desdenes de las grandes y abstractas instituciones sociales sino que se inscribe en la cotidianidad de compa¤eros y convecinos y de la propia familia encargada de hacer el trabajo sucio a los poderes del Estado y de la religi¢n al uso. En la ciudad provinciana de rutina y de supervivencia el futuro estaba cegado de perspectiva y el pre
