Este libro en parte trata de la experiencia personal de las lecturas voraces, en cascada, tras la seducción o embeleso que procura un autor. Una avalancha de libros, que casi impide registrarlos y singularizarlos. Cosa que no ocurriría con el deleite mesurado que provoca una gran obra sin contaminaciones ni murmullos. De esta ansia fueron objeto Peter Handke y Ernst Jünger con su lectura compulsiva y sistemática hasta dejarla casi agotada. Y ya sin poder volver a leerlos. Al tiempo, el autor apenas recordaba nada de lo leído. Muchos años después, releyendo dos breves ensayos, supo el porqué de su fascinación y oculta influencia.