Los girasoles miran y buscan el sol. Los días nublados se miran unos a otros buscando la energía en cada uno. No se quedan mustios ni con la cabeza baja, se miran unos a otros y siguen erguidos y hermosos. Es la naturaleza la que nos enseña. Si no tenemos sol todos los días, nos tenemos unos a otros para seguir brillando. Seamos como los girasoles, cada día de nuestra existencia en este planeta. Alfonso Acero nos invita a desconectar de todo pensamiento, de todo lo que has hecho, ahora es tu momento. Creas distancia de todas tus actividades para disfrutar de este obsequio que te haces para estar en tu intimidad. Estar contigo, conectar con tu corazón, con el centro psíquico del corazón.