Cuando estamos viviendo tiempos difíciles, con repercusión en laestabilidad familiar o en la necesidad del sustento, y nos asaltan elmiedo y de la fragilidad, la actitud del salmista sugiere elevar anteel Señor los sentimientos más íntimos y existenciales, percibidos enla hora de la prueba y en la constatación de los propios límites. Cada día, al acoger la Palabra de Dios, al tiempo del acontecimientohumano, surgen en el tiempo de oración las plegarias más sentidas, nosolo por la realidad social, económica, laboral, sino también por elestado de ánimo en el proceso espiritual.