Hombre culto, de pensamiento cuajado y línea clara, Luis Peral llegó a la política con los deberes hechos y atendió sus responsabilidadespúblicas con rigor, convencimiento y verdad. Siempre respondió al hazde compromisos que había asumido prontamente en su vida: servir aEspaña desde sus ideas, sus principios y sus valores, que puedenresumirse en el servicio a los demás; a quienes necesitan ser oídos,comprendidos y apoyados. Y lo ha hecho y lo hace desde una entrega yuna fe sin fisuras. Por ello no transige con la mentira en lapolítica, con la manipulación, con las contradicciones entreprincipios y acciones. No es hombre de zigzagueos y nunca respondiócon el silencio o la complacencia a lo errático en el menesterpolítico, ya sea en la derecha o en la izquierda.