La virtud es lo que une las amistades y las mantiene: en ella hay armonía, firmeza, estabilidad; cuando se nos muestra ella misma, arroja su luz y observa y reconoce esos mismos rasgos en otro, se le acerca y acoge a su vez lo que hay en el otro: por esto se enciende ya sea el amor, ya sea la amistad –ambos términos derivan de «amar», y amar no es más que apreciar a aquel que ames en sí mismo sin carencias, sin buscar ningún provecho…
Laelius de amicitia (también conocido como De amicitia) es un tratado filosófico sobre la amistad escrito por Cicerón en el 44 antes de Cristo.
A su juicio, la amistad, después de la sabiduría, es el mayor bien que el hombre pueda poseer. Se trata de un sentimiento sincero, desinteresado, que no nace de la búsqueda de lo útil, sino de una inclinación natural que une a las personas, una actividad que se hace noble cuando se extiende a la esfera pública.
Las relaciones entre los seres humanos y el sentido de la vida son las principales preguntas que Cicerón se plantea en esta obra, donde exalta el papel y la necesidad de la amistad en las relaciones sociales y en la vida política de Roma.
Errar es de humanos, pero perseverar en el error es de estúpidos, es una de las más célebres sentencias de Cicerón que ha llegado hasta nosotros.
