A menudo pensamos que la motivación es un estado de inspiración que llega de forma espontánea. Sin embargo, la experiencia nos demuestra lo contrario: se construye a través de la acción. El miedo al fracaso, la autoexigencia, la procrastinación o la desconexión emocional son algunas de las piedras que pueden frenar el avance de una persona, así como otras tantas variables contextuales.
No podemos correlacionar motivación con género o sexo, pero es reseñable que la falta de apoyo en entornos escolares y laborales amplía los sentimientos de fatiga y marginación, lo que conduce a la desmotivación y, en última instancia, perjudica la inclusividad. Es lo que la educadora Boni Wozolek llama Queer Battle Fatigue, término también adaptable para explicar el mismo fenómeno en otras minorías. Con lo que, si nuestro entorno y las personas que lo componen actúan como faros, lejos de ser obstáculos insalvables, esas piedras podrán reubicarse para ayudarte a comprender qué necesitas para retomar el camino con más claridad. Y es que el movimiento, por pequeño que sea, puede despertar esa chispa que parece haberse ap