Todos queremos ser escuchados y ser escuchados con placer, cuando hablamos. Nadie quiere un pu´blico dormido, bostezando, aburrido...a la hora de la predicacio´n. Queremos un pu´blico que disfrute y este´ bien dispuesto a nuestra predicacio´n. La fe viene por el oi´do, nos dice san Pablo en Romanos 10, 17. Para esto, es necesario saber predicar bien. No solamente predicar. Es necesario predicar bien, porque no siempre tendremos delante personas que nos soporten por caridad, nos aguanten y no nos digan nada sobre nuestra predicacio´n. Ojala´ que este libro sea una buena herramienta para que puedas conseguir una comunicacio´n eficaz y atractiva y puedas alcanzar el objetivo de toda predicacio´n sagrada: crecimiento en la fe y edificacio´n de nuestros hermanos.