Escribir un libro sobre alguien querido, compromete. Y más cuando se trata de esta mujer tan maravillosa, hija de nuestro suelo, llamada María de Nazaret. Y por si fuera poco es la Madre de Jesús y también Madre nuestra por la gracia, porque Jesús nos la regaló pocas horas antes de morir en la cruz. ¡Tan huérfanos íbamos a quedar...! Deseo que mis líneas ayuden al lector a descubrir un poco más a esta Madre de Jesús y Madre nuestra. Sólo así crecerá el amor a Ella y un deseo inmenso de alegrarla e imitarla en esas virtudes que coronaron su vida.