Tras el ataque a la Fortaleza Blanca, los cimientos de Meindra se tambalean. El Senado está herido de gravedad y la humanidad teme el retorno de los sandelas y, con ello, que la manipulación y el engaño asolen de nuevo sus vidas.
Kisela, la casa de los Guardianes de la Realidad, afronta un arduo momento: despide a quienes fallecieron en el Golpe y se siente traicionada por dos de sus más diestros guerreros.
Kay y Áledrin decidieron proteger, aun sabiendo que las consecuencias serían catastróficas, a quien debían destruir: una sandela que desconocía su identidad. Ahora, huyen de Kisela, su hogar, y se enfrentan a los que antaño fueron sus hermanos y amigos, desesperados por sobrevivir.
Bálner, que ha enterrado sus emociones para alejar el dolor y cumplir con su prometida venganza, lidera la persecución contra los desertores y la sandela que los acompaña.
