Prólogo de Luis María Anson
Periodista y escritor español. Es miembro de la Real Academia Española. Presidió la agencia EFE entre 1976 y 1983 y dirigió el diario ABC entre 1983 y 1997. Fundó el diario La Razón en 1998. En 2008 fundó el diario digital El Imparcial. Preside el suplemento El Cultural del diario El Mundo
D. Luis Maria se sirve de suaves trazos para recorrer los poemas de este extraordinario libro, según sus palabras, y califica de “gran poeta” al autor, del que dice, abre su alma a la emoción de lo más sencillo a través de los oficios.
Introducción de Victorio Zamora
Es muy difícil hacer una sinopsis, ya que si la obra es un exquisito libro de poesía, esta introducción es la perfecta fermentación poética que antecede a un trabajo exhaustivo, delicioso y placentero.
El autor nos expone los motivos que le han llevado a escribir este libro:
El hecho de que esta sociedad da menos valor a las personas que utilizan sus manos para ganarse el pan.
El haber conocido a algunos trabajadores que le impresionaron por su destreza, habilidad y buen hacer, con resultados espectaculares en sus trabajos y la profunda admiración y respeto hacia ellos.
Nos habla de la responsabilidad que tenemos todos de hacer bien nuestro trabajo, nuestro oficio, guiados por la profesionalidad, la paciencia, con los cinco sentidos, sin escatimar esfuerzos ni dedicación, sabiendo que el resultado desembocará en el prójimo.
En cuanto a su composición, el autor no ha elegido ninguna estructura tradicional sino que, según sus palabras:
“…y dispusimos tres grandes cimas, alturas para volar sin límites: el blanco horizonte interminable de la hoja de papel, la oscura noche afilada que se desgasta, sin tregua, con cada amanecer y el estado de conciencia que quiere vivir y triunfar, con su ritmo y su música, en cada uno de los poemas”.
También requirió una necesaria labor de investigación para conocer cada oficio en profundidad, con sus herramientas, peculiaridades, habilidades y aptitud de los profesionales.
La obra se encuentra “envuelta, a modo de papel de regalo”, por un primer poema titulado “Los besos”, porque es el afecto el gran protagonista en la obra del hombre, y por un último poema, “Las manos”, porque las manos son las que manejan los materiales que utilizan los diferentes oficios, son el órgano más inteligente, a través del cual el cerebro muestra su poderío y su riqueza estelar y divina.
El primer grupo de oficios que cabe resaltar, es el que nos proporciona un espacio donde vivir: Albañiles haciendo habitaciones, refugio de alegres carcajadas… Pintores de brocha, coloreando nuestros sueños… Carpinteros autores de los muebles que custodian nuestros libros, vajillas, recuerdos… Fontaneros encargados de traer agua a edificios, hospitales, viviendas… Electricistas, señores del interruptor lanzando flechas de luz… Amas de casa encargadas de la felicidad que reina en las familias… Costureras, dueñas absolutas del dedal y la aguja para vestir a todos de ilusión… Artesanos que elevan la materia a cotas increíbles … Herreros que con sus cerrojos dan seguridad a puertas y ventanas…
Un segundo grupo de oficios se encuentran sumergidos en el orden impecable de la madre naturaleza, proporcionándonos alimentos: Pescadores hombres repletos de inmensidad, con libertad, solo con el consuelo de sentirse parte del todo… Agricultores siempre pendientes del cielo… Apicultores viven para gozar de la luz con el tarro dulce de matices y sabores… Pastores que ordeñan el rendimiento de los atardeceres para desayunar y mojar galletas… Panaderos incansables madrugadores de las crujientes barras y bollos de pan.
El tercer grupo incluiría a los profesionales que ejercen sus trabajo haciéndonos más agradable nuestra vida diaria y cubrir ciertas necesidades: Jardineros, quien no se ha sentado en un banco a escuchar los surtidores o pasear entre flores?… Limpiabotas, dando brillo a los zapatos que quieren mostrarse impolutos… Transportistas que vienen y ven para llenar el ajetreo de pueblos y ciudades… Camareros, esos pacientes psicólogos… Dependientes siempre atentos con una sonrisa buscando la fibra sensible del afecto… Mecánicos encargados de que nada pare… Barrenderos esas grandes personas que dejan limpias calles, aceras… Cocineras preocupadas por darnos de comer… Limpiadoras, nos ofrecen con cada despertar estrenar nuestros puestos de trabajo.
Para finalizar este recorrido encontramos artesanos como los Zapateros, que componen y recomponen la comodidad de unos pasos que van desde la cuna hasta el día de después… Relojeros con sus lupas y precisas herramientas, al igual que su trabajo. Los Toreros, príncipes de la emoción, que danzan y juegan a vivir o morir y como no, Los Maestros, qué gran hallazgo haber tenido un buen maestro, su huella perdura en nuestra alma y nuestro corazón para siempre.
Para poner fin a la introducción el autor nos invita a reflexionar sobre nuestra actividad diaria, haciéndonos entender que todo lo que hacemos repercute en los demás, repercute en nosotros mismos y ese buen hacer nos sirve para incrementar nuestro espíritu y nuestra conciencia, ayudándonos a ser mejores seres y mejores personas.