¿Por qué Cataluña y el resto de España discuten si no tienen hijos?
Manuel Blanco Desar analiza en 'Una sociedad sin hijos' el impacto económico y social de la baja fecundidad de las familias españolas
La baja fecundidad y la política ambigua sobre migración en España reducen las perspectivas de futuro de la sociedad. España se acerca a los niveles de Japón y Corea del Sur, con la menor ratio de hijos por pareja. Los alcanzará en 2050.
España carece, además, del músculo industrial, financiero y, por supuesto, tecnológico de ambas economías asiáticas que le permita compensar la debilidad de sus próximas generaciones.
En este contexto, ED Libros presenta Una sociedad sin hijos, donde Manuel Blanco Desar analiza el declive demográfico en España y sus implicaciones.
¿En un país sin hijos, qué sentido tienen otros debates a futuro, como el territorial? Blanco Desar advierte en el ensayo de que a España no le bastará con sus propios recursos para mantener el sistema de bienestar ni su futuro.
De hecho, el autor incide en que la infecundidad y el envejecimiento de la población son ya una catástrofe económica. Y, por ejemplo, los fondos de pensiones españoles son más caros en comisiones y menos rentables que la media internacional, informa la OCDE.
El autor alerta, por tanto, de que si ya disponemos de un sistema de retribución en la vejez poco estable, el futuro de España será, literalmente, insostenible.
Como demógrafo, desgrana la solución: “mientras haya personas que crean que es más rentable confiar en un sistema de pensiones que tener más de un hijo, no saldremos de este círculo vicioso de infecundidad”.
Una cuestión de tipos de familia
Blanco Desar pone el énfasis en la correlación negativa entre renta y fecundidad. El autor subraya que los padres –y especialmente las madres– son discriminados y penalizados en España.
Las parejas con altos ingresos, superiores a 100.000 euros al año, tienen un índice más bajo de fecundidad que aquellas de 25.000. El grupo social es una minoría pero marca la agenda política, social y económica del país.
El problema demográfico español se produce en el momento en el que las clases populares son estadísticamente más fecundas, pero sus condiciones económicas son objetivamente peores.
Según el autor las familias con más recursos deberían contribuir a la sociedad con más hijos. Y es que, a pesar de la situación social, Blanco Desar no anima a tener hijos si los padres no pueden garantizarles un futuro digno.
El caso catalán y el sellado de fronteras
Asturias y Galicia destacan negativamente en infecundidad europea (un hijo por pareja durante las últimas décadas). Pero ninguna comunidad autónoma se salva de este drama socio-demográfico.
El caso catalán es paradigmático: la fecundidad en Cataluña oscila entre 1,3 y 1,4 hijos por pareja, medias más parecidas a las europeas que a las del noroeste de España. Y ¿eso por qué? Una cuarta parte de esos hijos pertenecen a familias inmigradas. Sin ellas, Cataluña reflejaría parámetros muy similares a Asturias y Galicia.
Si a la falta de reproducción de la sociedad española (1,2 hijos por pareja) le añadimos la estrategia europea de sellado de fronteras, la tragedia se multiplica.
Blanco Desar avisa de que es necesario que jóvenes inmigrantes vengan a Europa para evitar el colapso demográfico, como lo prueba Cataluña.
Transición demográfica
El propósito del autor es realizar un análisis pautado sobre la mutación demográfica que está padeciendo la sociedad española y alertar cómo este drama pone en riesgo los fundamentos socio-económicos de la sociedad.
